viernes, 27 de agosto de 2010

La escritura de la organización social y la situación alfabetizada de la cognición: Extendiendo las implicaciones sociales de la escritura de Jack Goody

Bazerman, C. (2008) La escritura de la organización social y la situación alfabetizada de la cognición: Extendiendo las implicaciones sociales de la escritura de Jack Goody Revista Signos 41(68) pp. 355-380


El autor trata de hacer un salto desde los estudios centrados en la cognición, o en la persona misma, a uno centrado en una sociedad compleja y de una forma más común.  Así la importancia está en el conocimiento compartido, el que se mantiene más si es que está escrito.
Está muy presente la idea de que el lenguaje sirve como una tecnología para expandir los conocimientos, y que es mediante la escritura que se instaura nuestra forma de ver el entorno social. Es causa y consecuencia a la vez de la sociedad y nuestra forma de entenderla, y el que sea constante ayuda a que se pueda difundir.

La escritura no es sólo transcripción, sino que también genera formas distintas a la realidad. La práctica social aleja a algunos escritos de la forma social, y adquiere una nueva contextualización dada por el género. Sin los géneros se complica la comunicación. Hay una necesidad de hacer categorías para poder pensar (aunque al mismo tiempo nos limita). Más que la forma de la transcripción, afecta más los usos que le da la sociedad, lo que nos muestra que hay una fuerte relación entre la escritura y la cultura literaria.

“Si bien las palabras mueven las mentes, las mentes mueven a las personas y las personas se mueven en mundos social y material” (357-358: 2008)

Bazerman señala que al viajar la alfabetización entra en las mentes, y al ser un medio para que la mente oriente a otras, ésta da a la organización social componentes cognitivos, particularmente relacionados con las formas de relación social, que ya son parte de una vida alfabetizada.

Es vital el aporte en el sentido de "sociabilizar" y hacer común los efectos de la alfabetización, pues como fenómeno individual el proceso se limita, y así también sus consecuencias.  Es un buen texto que da fuerzas nuevas a uno de los pioneros en la materia.

Saber leer y escribir: unas “herramientas mentales” que tienen su historia.

Chartier, A. & Hébrard, J. (2000) Saber leer y escribir: unas "herramientas mentales" que tienen su historia. Infancia y aprendizaje, 11-24.


“La invención de un nuevo instrumento, la escritura, marcó el final de la prehistoria y la entrada en la historia. Este nuevo instrumento permitió tratar un material inmaterial como es el lenguaje. Con la escritura, aparecieron otras herramientas simbólicas que confirieron al ser humano un poder nuevo sobre el mundo” (12: 2000)

El texto parte tomando la idea de Godoy, quién habla del lenguaje más que como una transcripción del lenguaje, sino que es una herramienta simbólica que crea una nueva realidad, y ayuda a la comprensión de un nuevo mundo. Es decir da gran importancia al lenguaje como simbolismo.  Esto hace que se genere una comprensión nueva del mundo, y un poder reservado a pocos.

Los cambios en la lectura se da en el número de personas que la utilizaron como instrumento. Aquí se tienen tres grandes hitos:
1. Cuando entre el S. XVI y XVII se empezó una catequización masiva, que ayudó a la primera alfabetización del pueblo.
2. En el siglo XVIII con la creación de escritos laicos independientes del  poder político, lo que está ligado al nacimiento de una opinión pública.
3. Finalmente en el XIX con la educación básica. Aquí se incluye todo tipo de conocimientos intelectuales ligados a la escritura. Importante en la formación de la juventud.

Los autores llegan un poco más lejos del resto y se hacen la pregunta de cómo leyeron en la antigüedad. Así inicia una historia de las mentalidades en la que intenta captar las categorías y percepciones de los pensamientos de personas importantes, que además son característicos de su tiempo. Ésto es importante no sólo para ver qué pensaban, sino que también el cómo.

En los años 70 se ralizan estudios sobre la oposición entre la literatura erudita y la popular y los resultados muestran que: “Las prácticas de lectura distinguían a los grupos sociales, tanto o más que los propios contenidos de las mismas. (14: 2000)
Hay formas muy variadas de soporte de la lectura, pero a pesar de ello, hoy seguimos teniendo la intuición de que leer sigue siendo siempre leer, y que la misma actividad mental se lleva a cabo en todas las escrituras de la tierra. Pero eso no es así.
En esto hay un gran cambio cuando se producen cambios en los volúmenes de los libros. El cambio desde los papiros a los libros es una verdadera revolución y ésta da la posibilidad de hojear las páginas y de un transporte más fácil.

Pero ni la llegada del papel ni la invención de la imprenta revolucionaron los gestos de lectura que se habían establecido con la invención del códice. La verdadera revolución de los gestos de la lectura, para los autores, llega con la aparición de la lectura electrónica. Ya que esto permite la consulta a distancia, la interacción con actividades de escritura, los “copiados y pegados”, etc.
El gesto de la escritura manuscrita, que todos hemos aprendido en la escuela, está siendo sustituido por la escritura con dos manos de quien escribe a máquina, manipula el ratón o hace un clic para seleccionar ficheros. Ante esto los autores se preguntan si cambiarán las maneras de escribir, y con ello la forma de pensar al escribir.
Algunos cambios vitales son la lectura en voz alta y la lectura silenciosa, la lectura acompañada y lectura solitaria, la memoria del lector, es decir los conocimientos que éste tiene a la hora de enfrentarse a un texto nuevo, y los conocimientos que acumula para después.
A diferencia de lo que se pensaba en los 60– 70 (que la televisión iba a reemplazar al texto impreso), parece que además del dominio de los medios audiovisuales, se necesita un mayor dominio de la escritura. Pero ésta vez el peligro de exclusión social es de los que no lo dominan.
La conclusión a la que llegan es que el dominio de la escritura es a la vez una necesidad y un poder. Lo que se ha hecho en el tiempo es aumentar la masividad y las exigencias de la lectura, que en un principio tenía fines bastante limitados y en un grupo muy restringido.
Los desafíos del s. XXI son antiguos (ya que hay que seguir transmitiendo el conocimiento básico de leer y escribir) y nuevos (ya que las exigencias sociales en materia de escritura han cambiado y las modalidades de lectura y escritura se están modificando nuevamente; sin que se sepa aún cuáles serán las recaídas culturales y sociales de las revoluciones tecnológicas que se producen).

El texto nos da un aporte principal al recordarnos que no sólo se trata de escribir, ni de formas de lectura, sino que también de cómo se lee. La historia de las mentalidades es vital para comprender la evolución de las lectura. Quizás hubiese sido necesario una mayor precisión histórica por parte del autor, sin embargo queda bastante clara la idea. 

Literacy practices

Barton, D. & Hamilton M. Literacy practices. En Barton, D., Hamilton M., & Ivanic, R.Situated literacies. Reading and writing in context. London: Routledge. (pp. 7-15).



El texto nos presenta, como el mismo autor nos anuncia, una mirada a la teoría social de la literacidad, desde un punto de vista en que la litercidad es una práctica social.

In the simplest sense literacy practices are what people do with literacy. However practices are not observable units of behavior since they also involve values, attitudes, feeling and social relationships” (p. 7)

Sobre esta literacidad el autor enumera seis propuestas:

1.       La letracidad es entendida como el conjunto de prácticas sociales; incluso aquellas que pueden ser formadas por eventos que están mediadas por textos escritos.
2.     Agrega el concepto de actividades letradas. Con ellas se refiere a que de las prácticas sociales comunes se pasa a la letracidad; las actividades son mediadas por textos, y éstas además dependen de un contexto específico. Dependiendo de lo que se dice, el texto hace lo que se quiere demostrar. 
3.       Literacidades son distintas a la relación de dominación.
4.       Las prácticas sociales están vinculadas a metas.
5.       La literacidad está históricamente situada.
6.       Las prácticas literarias cambian y las nuevas son internalizadas por la sociedad mediante procesos de aprendizaje, entendido como un hecho social.

Los seis puntos están mediados por la noción de género, que está mediatizado por tres momentos. Todas las prácticas se actualizan en actividades, y estas actividades construyen textos como producto que median la práctica. Cuando las prácticas son letradas la actividad empieza a estar mediada por textos.  Esto es válido para lo oral y lo escrito.
Además describe el concepto de “eventos letrados”, que son las actividades en las que la literacidad tiene un rol. Se recalca que los textos median la forma de pensar de las personas. El autor lo define como un modo de relación.
El texto es una invitación a ocupar más letracidad que alfabetización, porque letracidad incluye estas prácticas y actividades. Además es un cambio de concepción en el que la literacidad ahora se ubica en un contexto grupal de su uso, y no ya individual.

La riqueza del texto se encuentra en la inserción de la alfabetización en un contexto más amplio que la gramática y la lexicología: las prácticas sociales y el contexto de producción y lectura juegan ahora un rol fundamental, al tiempo que ya no es una práctica individual sino colectiva, donde la sociedad es una parte constitutiva de la elaboración y que modifica al lector.

jueves, 26 de agosto de 2010

Desmitologización de la cultura escrita

Olson, David (1994), Desmitologización de la cultura escrita. En El mundo sobre el papel. Barcelona Ed. Gedisa



 El tema de la escritura como factor fundamental para hacer de la sociedad una moderna, es el tema principal de Olson. El autor hace una invitación a revisar lo que se piensa y lo que se ha dicho (ya sea por grandes escuelas, o lo que se piensa comúnmente) sobre esto. Su visión crítica es una de las mayores riquezas del texto que nos ofrece. Desmitificar algunas ideas, y además trazar algunas líneas de estudio en torno a la causalidad entre escritura y desarrollo, hacen que el texto valga la pena una lectura, y un posterior debate en torno a él.
  Se ha juzgado que en la formación de sociedades modernas, la escritura juega un rol fundamental.  Así la capacidad para utilizar textos escritos es primordial, y de ahí la importancia de la escuela como principal lugar en el que se inculcan las “habilidades básicas” (leer, escribir y aritmética). Pero el autor pone énfasis en mostrar que no es sólo en la escritura, sino que también en la creación de un sistema alfabético de escritura como un artefacto tecnológico.
  Esta creencia ha generado un entusiasmo general a nivel mundial (lo que se puede ver reflejado en las constantes demandas de la UNESCO).

 Olson hace una pequeña descripción de seis creencias sobre la cultura escrita, arraigadas en la sociedad:
1. La escritura es la transcripción del habla
2. . La escritura es superior al habla
3.  El sistema alfabético da superioridad. Esto vincula el progreso intelectual con el alfabeto.
4. . La escritura es un órgano de progreso social  y de desarrollo. Esto ha llevado a ver la escritura como un “arma” de civilización, lo que nos lleva al siguiente punto.
5.     La cultura escrita es vista como un instrumento de desarrollo cultural y científico, y enemiga de la superstición, el mito y la magia. En este punto, el autor se da un espacio para rescatar a autores como McLuhan, Goody y Watt, Goody y Ong, que fueron los que convirtieron la cultura escrita en un tema de investigación.
6.       La cultura escrita es vista como un instrumento de desarrollo cognitivo, del mismo modo en que lo era del desarrollo cultural, ya que el saber y leer son los medios para poder adquirir los conocimientos de una sociedad determinada.
  
   Inmediatamente después, el autor pasa a enumerar sus objeciones. Aquellas afirmaciones que son más “mitología” que otra cosa según su parecer.
1.         La escritura no se reduce a una simple transcripción, sino que es un modelo para el habla, para la que se tiene que hacer una introspección previa según los sistemas de escritura. Esto ayuda a reflexionar de un modo nuevo.
2.          Sobre el poder atribuido a la escritura, objeta que ésta no es más que la representación del habla, y que las lenguas orales no son simplemente posesiones desordenadas de los pueblos, ya que todas tienen una gran estructura léxica y gramatical. “La escritura es fundamentalmente independiente del habla” (28; 1998)
3.        Se dice que el alfabeto es superior. Olson está en contra de esta opinión, pues nuestro alfabeto griego no es producto de un genio, sino que solamente una adaptación de un silabario para una determinada lengua (la semítica), y es bastante limitada para la representación de otro tipo de lenguas (especialmente la monosilábica).
4.        La escritura escrita y el “desarrollo social”. El autor, toma de autores anteriores, principalmente de Lévi-Strauss, la idea de que la cultura escrita tuvo como finalidad primera el control social, y no el desarrollo social. Para hacer esa afirmación se basa en instituciones como las escuelas, la iglesia protestante, la política gubernamental, entre otros.
Así, la funcionalidad de la alfabetización suele ser considerada como una gran ventaja, pero hay que tener en cuenta otros roles que tuvo, y a quiénes benefició realmente.
5.        Con respecto al desarrollo cultural, Olson nos hace replantearnos la corespondencia entre ésta y la escritura. Su principal argumento está en la “gloriosa Grecia”, la que tendría la mayoría de su riqueza en la cultura oral y no en la escrita, ya que la segunda se basa en la primera, y la escritura no era algo masivo y común a la sociedad en general.
6.       Se tiende a hacer una fuerte relación entre cultura escrita y desarrollo cognitivo, sin embargo, esta relación está bastante sobre-estimada. Sería un poco ilusorio, para Olson, el centrarnos solamente en las habilidades relacionadas con la escritura sobreestima la importancia de los saberes que los niños tienen al momento de aprender a leer y escribir. Además no valora la transformación que realizan en objetos del conocimiento.
  Así el autor quiere poner en cuestionamiento algunas ideas bastante generales que se tiene sobre la escritura y los procesos cognitivos. Se trata de explicar los cambios sociales sobre la base del cambio cognitivo. Antes de presentar sus propuestas pasa a revisar dos teorías.
  En primer lugar toma a Lévy-Bruhl, quién en 1923 propone que las diferencias entre las culturas tradicionales y orales y las culturas modernas, se encuentran en el funcionamiento mental. Por un lado hay una “mente primitiva” que construye un mundo encantado, por el otro una “mente racional” que es la que genera una concepción científica del mundo.
  Una segunda corriente teórica es la llamada “Escuela de Toronto”, en la que se inserta el autor, y plantea que las diferencias culturales de las sociedades “podrían explicarse en términos de tecnologías de comunicación específica: primero el alfabeto, y luego la imprenta” (35; 1998). En los numerosos estudios que se han hecho, en ninguno se ha podido establecer vínculos causales directos entre escritura y pensamiento, y de hecho, los resultados apuntan del pensamiento a la escritura y no al revés.

  Olson es bastante claro al dar su opinión:
-         La cultura escrita se ha vinculado con la alfabetización, y no con los sistemas de notación en general.
-         Se ha considerado que la escritura incluye la gramática y la lógica, y no que provee una representación de la gramática y la lógica del habla común. Esto hace que el conocimiento y la conciencia metalingüística fueran consideradas como producidos por la escritura, y como independientes de ella.
-           La escritura fue considerada una función directa de un texto escrito, antes que el modo en que un grupo de lectores aborda los textos
-            La escritura se consideró tanto inferior como superior al habla. (38: 1998)
     Una buena teoría sobre la escritura y la cognición, para Olson, debería tomar como variables de estudio las relaciones entre el habla y la escritura (propiedades léxicas, gramaticales, pragmáticas y discursivas y el papel de la escritura); el modo en que influyen las prácticas de lectura y escritura en los cambios de orientación conceptual que se asociaron con los cambios culturalmente significativos. Pero de todo, lo más importante pasa por ser un aporte claro y con bases sobre las naciones ubicuas, pero poco comprendidas nociones de lectura, escritura y pensamiento. Lo que le importa son los modos de leer; el arte de la lectura. Poniendo énfasis entonces, a la actitud del emisor.

          “Mi objetivo es mostrar cómo nuestra comprensión del mundo, es decir, nuestra ciencia, y nuestra comprensión de nosotros mismos, es decir, nuestra psicología, son producto de nuestras maneras de interpretar y crear textos escritos, de vivir en un mundo de papel” (39: 1998)

   Teniendo en cuenta, que se han revisado no más que un par de páginas introductorias del tema, considero que el autor es capaz de mostrar de una forma bastante clara y ordenada sus postulados. Además deja ver bastante bien cuál es su opinión.
  Con respecto a sus ideas, me gusta que rescate que la creación del sistema alfabético, y no sólo la escritura, sí es fundamental para una sociedad moderna, y que esto se presente como "un" factor fundamental y no como "el", ya que muestra que la sociedad es muy compleja y que su desarrollo no depende sólo de una variable, sino que de muchas.