Olson, David (1994), Desmitologización de la cultura escrita. En El mundo sobre el papel. Barcelona Ed. Gedisa
El tema de la escritura como factor fundamental para hacer de la sociedad una moderna, es el tema principal de Olson. El autor hace una invitación a revisar lo que se piensa y lo que se ha dicho (ya sea por grandes escuelas, o lo que se piensa comúnmente) sobre esto. Su visión crítica es una de las mayores riquezas del texto que nos ofrece. Desmitificar algunas ideas, y además trazar algunas líneas de estudio en torno a la causalidad entre escritura y desarrollo, hacen que el texto valga la pena una lectura, y un posterior debate en torno a él.
Se ha juzgado que en la formación de sociedades modernas, la escritura juega un rol fundamental. Así la capacidad para utilizar textos escritos es primordial, y de ahí la importancia de la escuela como principal lugar en el que se inculcan las “habilidades básicas” (leer, escribir y aritmética). Pero el autor pone énfasis en mostrar que no es sólo en la escritura, sino que también en la creación de un sistema alfabético de escritura como un artefacto tecnológico.
Esta creencia ha generado un entusiasmo general a nivel mundial (lo que se puede ver reflejado en las constantes demandas de la UNESCO).
Olson hace una pequeña descripción de seis creencias sobre la cultura escrita, arraigadas en la sociedad:
1. La escritura es la transcripción del habla
2. . La escritura es superior al habla
3. El sistema alfabético da superioridad. Esto vincula el progreso intelectual con el alfabeto.
4. . La escritura es un órgano de progreso social y de desarrollo. Esto ha llevado a ver la escritura como un “arma” de civilización, lo que nos lleva al siguiente punto.
5. La cultura escrita es vista como un instrumento de desarrollo cultural y científico, y enemiga de la superstición, el mito y la magia. En este punto, el autor se da un espacio para rescatar a autores como McLuhan, Goody y Watt, Goody y Ong, que fueron los que convirtieron la cultura escrita en un tema de investigación.
6. La cultura escrita es vista como un instrumento de desarrollo cognitivo, del mismo modo en que lo era del desarrollo cultural, ya que el saber y leer son los medios para poder adquirir los conocimientos de una sociedad determinada.
Inmediatamente después, el autor pasa a enumerar sus objeciones. Aquellas afirmaciones que son más “mitología” que otra cosa según su parecer.
1. La escritura no se reduce a una simple transcripción, sino que es un modelo para el habla, para la que se tiene que hacer una introspección previa según los sistemas de escritura. Esto ayuda a reflexionar de un modo nuevo.
2. Sobre el poder atribuido a la escritura, objeta que ésta no es más que la representación del habla, y que las lenguas orales no son simplemente posesiones desordenadas de los pueblos, ya que todas tienen una gran estructura léxica y gramatical. “La escritura es fundamentalmente independiente del habla” (28; 1998)
3. Se dice que el alfabeto es superior. Olson está en contra de esta opinión, pues nuestro alfabeto griego no es producto de un genio, sino que solamente una adaptación de un silabario para una determinada lengua (la semítica), y es bastante limitada para la representación de otro tipo de lenguas (especialmente la monosilábica).
4. La escritura escrita y el “desarrollo social”. El autor, toma de autores anteriores, principalmente de Lévi-Strauss, la idea de que la cultura escrita tuvo como finalidad primera el control social, y no el desarrollo social. Para hacer esa afirmación se basa en instituciones como las escuelas, la iglesia protestante, la política gubernamental, entre otros.
Así, la funcionalidad de la alfabetización suele ser considerada como una gran ventaja, pero hay que tener en cuenta otros roles que tuvo, y a quiénes benefició realmente.
5. Con respecto al desarrollo cultural, Olson nos hace replantearnos la corespondencia entre ésta y la escritura. Su principal argumento está en la “gloriosa Grecia”, la que tendría la mayoría de su riqueza en la cultura oral y no en la escrita, ya que la segunda se basa en la primera, y la escritura no era algo masivo y común a la sociedad en general.
6. Se tiende a hacer una fuerte relación entre cultura escrita y desarrollo cognitivo, sin embargo, esta relación está bastante sobre-estimada. Sería un poco ilusorio, para Olson, el centrarnos solamente en las habilidades relacionadas con la escritura sobreestima la importancia de los saberes que los niños tienen al momento de aprender a leer y escribir. Además no valora la transformación que realizan en objetos del conocimiento.
Así el autor quiere poner en cuestionamiento algunas ideas bastante generales que se tiene sobre la escritura y los procesos cognitivos. Se trata de explicar los cambios sociales sobre la base del cambio cognitivo. Antes de presentar sus propuestas pasa a revisar dos teorías.
En primer lugar toma a Lévy-Bruhl, quién en 1923 propone que las diferencias entre las culturas tradicionales y orales y las culturas modernas, se encuentran en el funcionamiento mental. Por un lado hay una “mente primitiva” que construye un mundo encantado, por el otro una “mente racional” que es la que genera una concepción científica del mundo.
Una segunda corriente teórica es la llamada “Escuela de Toronto”, en la que se inserta el autor, y plantea que las diferencias culturales de las sociedades “podrían explicarse en términos de tecnologías de comunicación específica: primero el alfabeto, y luego la imprenta” (35; 1998). En los numerosos estudios que se han hecho, en ninguno se ha podido establecer vínculos causales directos entre escritura y pensamiento, y de hecho, los resultados apuntan del pensamiento a la escritura y no al revés.
Olson es bastante claro al dar su opinión:
- La cultura escrita se ha vinculado con la alfabetización, y no con los sistemas de notación en general.
- Se ha considerado que la escritura incluye la gramática y la lógica, y no que provee una representación de la gramática y la lógica del habla común. Esto hace que el conocimiento y la conciencia metalingüística fueran consideradas como producidos por la escritura, y como independientes de ella.
- La escritura fue considerada una función directa de un texto escrito, antes que el modo en que un grupo de lectores aborda los textos
- La escritura se consideró tanto inferior como superior al habla. (38: 1998)
Una buena teoría sobre la escritura y la cognición, para Olson, debería tomar como variables de estudio las relaciones entre el habla y la escritura (propiedades léxicas, gramaticales, pragmáticas y discursivas y el papel de la escritura); el modo en que influyen las prácticas de lectura y escritura en los cambios de orientación conceptual que se asociaron con los cambios culturalmente significativos. Pero de todo, lo más importante pasa por ser un aporte claro y con bases sobre las naciones ubicuas, pero poco comprendidas nociones de lectura, escritura y pensamiento. Lo que le importa son los modos de leer; el arte de la lectura. Poniendo énfasis entonces, a la actitud del emisor.
“Mi objetivo es mostrar cómo nuestra comprensión del mundo, es decir, nuestra ciencia, y nuestra comprensión de nosotros mismos, es decir, nuestra psicología, son producto de nuestras maneras de interpretar y crear textos escritos, de vivir en un mundo de papel” (39: 1998)
Teniendo en cuenta, que se han revisado no más que un par de páginas introductorias del tema, considero que el autor es capaz de mostrar de una forma bastante clara y ordenada sus postulados. Además deja ver bastante bien cuál es su opinión.
Con respecto a sus ideas, me gusta que rescate que la creación del sistema alfabético, y no sólo la escritura, sí es fundamental para una sociedad moderna, y que esto se presente como "un" factor fundamental y no como "el", ya que muestra que la sociedad es muy compleja y que su desarrollo no depende sólo de una variable, sino que de muchas.