“La invención de un nuevo instrumento, la escritura, marcó el final de la prehistoria y la entrada en la historia. Este nuevo instrumento permitió tratar un material inmaterial como es el lenguaje. Con la escritura, aparecieron otras herramientas simbólicas que confirieron al ser humano un poder nuevo sobre el mundo” (12: 2000)
El texto parte tomando la idea de Godoy, quién habla del lenguaje más que como una transcripción del lenguaje, sino que es una herramienta simbólica que crea una nueva realidad, y ayuda a la comprensión de un nuevo mundo. Es decir da gran importancia al lenguaje como simbolismo. Esto hace que se genere una comprensión nueva del mundo, y un poder reservado a pocos.
Los cambios en la lectura se da en el número de personas que la utilizaron como instrumento. Aquí se tienen tres grandes hitos:
1. Cuando entre el S. XVI y XVII se empezó una catequización masiva, que ayudó a la primera alfabetización del pueblo.
2. En el siglo XVIII con la creación de escritos laicos independientes del poder político, lo que está ligado al nacimiento de una opinión pública.
3. Finalmente en el XIX con la educación básica. Aquí se incluye todo tipo de conocimientos intelectuales ligados a la escritura. Importante en la formación de la juventud.
Los autores llegan un poco más lejos del resto y se hacen la pregunta de cómo leyeron en la antigüedad. Así inicia una historia de las mentalidades en la que intenta captar las categorías y percepciones de los pensamientos de personas importantes, que además son característicos de su tiempo. Ésto es importante no sólo para ver qué pensaban, sino que también el cómo.
En los años 70 se ralizan estudios sobre la oposición entre la literatura erudita y la popular y los resultados muestran que: “Las prácticas de lectura distinguían a los grupos sociales, tanto o más que los propios contenidos de las mismas. (14: 2000)
Hay formas muy variadas de soporte de la lectura, pero a pesar de ello, hoy seguimos teniendo la intuición de que leer sigue siendo siempre leer, y que la misma actividad mental se lleva a cabo en todas las escrituras de la tierra. Pero eso no es así.
En esto hay un gran cambio cuando se producen cambios en los volúmenes de los libros. El cambio desde los papiros a los libros es una verdadera revolución y ésta da la posibilidad de hojear las páginas y de un transporte más fácil.
Pero ni la llegada del papel ni la invención de la imprenta revolucionaron los gestos de lectura que se habían establecido con la invención del códice. La verdadera revolución de los gestos de la lectura, para los autores, llega con la aparición de la lectura electrónica. Ya que esto permite la consulta a distancia, la interacción con actividades de escritura, los “copiados y pegados”, etc.
El gesto de la escritura manuscrita, que todos hemos aprendido en la escuela, está siendo sustituido por la escritura con dos manos de quien escribe a máquina, manipula el ratón o hace un clic para seleccionar ficheros. Ante esto los autores se preguntan si cambiarán las maneras de escribir, y con ello la forma de pensar al escribir.
Algunos cambios vitales son la lectura en voz alta y la lectura silenciosa, la lectura acompañada y lectura solitaria, la memoria del lector, es decir los conocimientos que éste tiene a la hora de enfrentarse a un texto nuevo, y los conocimientos que acumula para después.
A diferencia de lo que se pensaba en los 60– 70 (que la televisión iba a reemplazar al texto impreso), parece que además del dominio de los medios audiovisuales, se necesita un mayor dominio de la escritura. Pero ésta vez el peligro de exclusión social es de los que no lo dominan.
La conclusión a la que llegan es que el dominio de la escritura es a la vez una necesidad y un poder. Lo que se ha hecho en el tiempo es aumentar la masividad y las exigencias de la lectura, que en un principio tenía fines bastante limitados y en un grupo muy restringido.
Los desafíos del s. XXI son antiguos (ya que hay que seguir transmitiendo el conocimiento básico de leer y escribir) y nuevos (ya que las exigencias sociales en materia de escritura han cambiado y las modalidades de lectura y escritura se están modificando nuevamente; sin que se sepa aún cuáles serán las recaídas culturales y sociales de las revoluciones tecnológicas que se producen).
Buena entrada, muy completa y esquemática. Pero nuevamente no me quedan claros los aportes para tu delimitación o aproximación al tema (o si es que no aporta NADA -difícil- explicitar por qué).
ResponderEliminarEn ese sentido, me esperqaría que se explicite la idea de la relación entre condiciones materiales y modos de leer, de manera que se entienda el rol específico que desempeñan las circunstancias históricas o culturales en "dar forma" a las mentalidades.
Ojo con algunos detalles menores de redacción, sugiero revisar más meticulosamente antes de publicar.
(Te sugiero tb. reemplazar "el autor" por "los autores")