domingo, 10 de octubre de 2010

Alfabetización académica: Un Cambio necesario, algunas alternativas posibles



Carlino, Paula. 2002 Alfabetización académica: Un cambio necesario, algunas alternativas posibles. Comunicación libre en el tercer encuentro la universidad como objeto de investigación, depto. de sociología, Universidad Nacional de la Plata, Ocutbre 2002. Educere, Investigación, año 6, N°20, Enero-Febrero-Marzo, 2003


La autora tiene la convicción de que aprender a escribir no significa simplemente estudiar gramática o la forma del contenido, sino que es desarrollar ideas e indagar por medio de la escritura. Es por eso que a lo largo de su trabajo intenta mostrar la necesidad de lograr una alfabetización académica en las universidades.

Pero ¿qué es lo que nos aporta la alfabetización académica? Es ella la que:

Señala el conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la universidad. Apunta, de esta manera, a las prácticas de lenguaje y pensamiento propias del ámbito académico”  (Carlino, 2002, p.410)
 
Para argumentar su propuesta parte rebatiendo algunas ideas bastante comunes que los profesores tienen sobre la escritura y lectura de sus alumnos. Describe como una “queja falaz” el que los alumnos o deberían entrar en la universidad ya con conocimientos y capacidades que permitan analizar, interpretar, elaborar y transmitir información. Pero esta idea parte de un supuesto que a su juicio es erróneo: que la alfabetización es un estado y no un proceso.

Además asegura que la escritura tiene un potencial epistémico, “no resulta sólo un medio de registro o comunicación sino que puede devenir un instrumento para desarrollar, revisar y transformar el propio saber”  (Carlino, 2002, p.411). Sin embargo, precisa que escribir por sí solo no es suficiente, sino que la potencialidad epistémica está dada por la capacidad de hacer relaciones entre lo que se está leyendo, lo que se está escribiendo y lo que se va a entregar teniendo en cuenta también al destinatario.  A lo largo del texto está presente la idea de la escritura autónoma y monológica.

Un ejemplo dado, es que en una de las universidades estudiadas, no se conforman con cursos específicos de composición al inicio de la carrera, sino que también se crean “Centros de Escritura” con un cuerpo de “tutores de escritura” que mediante comentarios, orientaciones y recomendaciones bibliográficas guían a los estudiantes en su lectura y escritura. La autora, para el éxito de un aprendizaje epistémico señala que no se puede enseñar fuera de contexto, sino que es vital que los profesores enseñen sus propias prácticas discursivas (lo que es un desafío para ellos porque muchas veces sus prácticas no las tienen conscientes).

Entonces, los cambios institucionales y curriculares serían necesarios porque la lectura y la escritura son necesarias para pensar críticamente, porque para ingresar en la cultura escrita hay que dominar las practicas discursivas de cada dominio, y porque producir e interpretar textos especializados implica capacidades que están en constante formación y que no se adquieren espontáneamente.

El trabajo realizado por Carlino nos quiere mostrar “uno de los problemas más recurrentes en nuestra educación superior: las dificultades de los universitarios para interpretar y producir textos académicos en el contexto de las diversas materias” (Carlino, 2002, p.417). El cambio que se postula es posible realizarlo, pero éste tiene que partir de una reconceptualizción sobre el valor de la lectura y la escritura, y del reconocimiento de que no es mala formación del colegio, sino que de nuevos desafíos.

Lo fundamental del enfoque es que la escritura sí tiene un potencial epistémico, que sí puede transformar el conocimiento y que el cambio, aunque depende en gran parte de las instituciones sí es posible.


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