jueves, 14 de octubre de 2010

La escuela en los procesos de alfabetización

Tolchinsky, L. & Simó, R. (2001). La escuela en los procesos de alfabetización. En Escribir y leer a través del currículum. Barcelona: Universidad de Barcelona.

El autor intentará reafirmar su postura de que hay algunas circunstancias en la escuela que la pueden convertir en un agente “desalfabetizador”, siendo que ésta tiene un rol fundamental en la alfabetización, sobre todo en la escrita.

Sin embargo, la escuela no es el único agente alfabetizador, y dentro de los otros agentes, juega un rol muy importante todos los relacionados con las tecnologías de la comunicación y de la información ya que en ellas se expande la idea de comunidad de aprendizaje en dimensiones ilimitadas.

Es tan importante su rol que el autor afirma que de no integrarse en esta comunidad se crea una gran brecha cultural y mental con aquellos alumnos que sólo son alfabetizados en la escuela. Por eso, los autores postulan que éste conocimiento debería ser integrado en la escuela y así desarrollar nuevos espacios de escritura.

Otra forma de que la escuela sea un agente de desalfabetización sería por la manera como encara la alfabetización inicial. Utilizo la cita que ocupan los mismos autores de Simone. La escuela puede ser una agente de desalfabetización si insiste en introducir la alfabetización “como técnica gráfica, como medio de transcribir el lenguaje hablado proponiéndose como objetivos escribir como se habla y hablar como se escribe” (Tolchinsky & Simó,2001,p.160)

La generalización de la escritura implicó también una forma distinta de conocer un sistema representacional distinto. A continuación los autores pasan a revisar cuatro momentos revolucionarios en la cultura:

-                  Cultura episódica: es la del Australopiteco que tenía habilidades de ubicación y memoria, pero no son capaces de hacer formas de representación externa para provocar el pensamiento o refrescar la memoria a otro.
-                    Cultura mimética: Aquí el Homo Erectus tenía cierta preocupación pedagógica, y  mediante gestos era capaz de coordinar esfuerzos. En esa preocupación por enseñar al otro se genera una aculturación
-                    Cultura mítica: el cambio se genera con el Homo Sapiens. Lo importante de éste cambio es el lenguaje y una co-evolución de él con el cerebro haciendo que éstos sean parte de un proceso más amplio de adaptación tales como mitos y la formulación verbal de ellos. Es vital, porque los mitos son los que explican y dan sentido a la comunidad y a la individualidad de los que la componen.
-            El autor propone un cambio más; la Cultura teórica o sociedad del conocimiento. Esto parte principalmente con la invención de la escritura que permite que las reflexiones sean registradas y vistas desde afuera para una nueva revisión y elaboración de ellas. La escritura es “un instrumento que afecta la manera de pensar, y por lo tanto, la manera de conocer. No sólo tiempo y uso contribuyeron al desarrollo de las funciones epistémicas de la escritura, también su propia enseñanza” (Tolchinsky & Simó,2001,p. 162)

Se vuelve al tema de los problemas en la escuela derivados de la falta conciencia de que en la escuela se puede generar una verdadera revolución cultural. La otra opción es que sí existe esa conciencia, pero que no se refleja bien en la realidad ya que no se nota en la elección de material gráfico, ni la elección de libros, en la preparación de los contenidos o incluso en la formación como lectores y escritores. Estas actividades mencionadas sí son importantes, y si se entendiera el efecto revolucionario que hay detrás de ellas potencialmente se harían cambios.

Otro gran problema que es muy frecuente en las escuelas, es el querer transformar todas las experiencias (orales o visuales) en una experiencia escrita. Así todo lo escrito se transforma en una especie de “castigo”. Ante esto, los autores proponen uno selectivo y motivado.

El texto nos ayuda a apropiarnos de la importancia revolucionaria que tiene la escritura no sólo como una herramienta útil, sino que también como parte de un proceso en el que la sociedad completa aprende nuevas formas de conocimiento y de relación. Los autores son capaces de una problema tan importante y global hacerlo un poco más cercano y real en uno de los lugares más importantes para el proceso de alfabetización: la escuela. 

La escritura es importante en la historia cultural de la humanidad y lo sigue siendo en las múltiples formas que asume y en los nuevos espacios que la comunicación digital abre. En la medida en que la escuela valore el efecto transformador de la escritura podrá mantener su papel de agente alfabetizador) (Tolchinsky & Simó,2001,p.165)



martes, 12 de octubre de 2010

La alfabetización y el mito de la alfabetización: De Platón a Freire

Gee, J. P. (1996). La alfabetización y el mito de la alfabetización: De Platón a Freire. En  La ideología en los discursos. Trad. Pablo Manzano. Madrid: Ediciones Morata. (págs. 37-60)

Gee nos propone la alfabetización como un fenómeno social en la que hay una implicación política de ella.

En el texto quiere mostrar que la realidad de las “crisis” de alfabetización de las que se habla -relacionadas con la incapacidad de leer y escribir- no son realmente crisis, y que éstas encuentran sus raíces en la escuela, o incluso antes, en el contexto social o en el hogar. Si bien se ha creado a la escuela con la idea de que se arreglen las irregularidades y desigualdades, esta institución no lo ha hecho, y más que dejar a los alumnos en esa supuesta igualdad de condiciones, ha fracasado y ha replicado un modelo de dominación donde priman las desigualdades.

Platón fortalece la idea contraria al poder omnipotente de la alfabetización que piensa que “si el lenguaje es lo que nos hace más humanos, parece que la alfabetización es lo que nos hace civilizados” (Gee, 1996, p41). Al contrario, considera que la escritura funciona como un fármaco a la memoria y hace que la personas se confíen en el texto escrito y no lo interioricen. Platón considera que el verdadero conocimiento está en el diálogo y en la riqueza que se genera cuando se pregunta “¿qué quieres decir?” ya que, el que responde tiene que re-decir el conocimiento. En ese sentido el texto escrito es malo porque no se le puede preguntar qué es lo que quiere decir.

Platón, sin embargo, no descarta un conocimiento generado en la escritura, pero éste tiene que ser un escrito dialógico. El problema en Paltón lo encontramos cuando éste dice que le teme al dialogismo porque se puede generar una interpretación incorrecta del texto. Esto nos lleva a preguntarnos ¿quién tiene la interpretación correcta? ¿es la suya? ¿desde qué posición se encuentra para asegurarlo? Es lo que el autor llama “autoritarismo platónico” y le critica al famoso filósofo:

Lo único que les importa es la persuasión o ingenio de su expresión, su habilidad para captar lectores u oyentes, decirles lo que quieren escuchar, validar el statu quo. No les interesa la capacidad de su expresión para educar el sentido radical”. (Gee, 1996, p46)

Otro ejemplo que pone Gee para ver el tema de la “dominación” a través de la alfabetización es el que se dio en Suecia, en la que la alfabetización (que ha logrado gran masividad) fue hecha para evangelizar y no para lograr un mayor “desarrollo” del país, sino que un avance en el sentido de la religión y su “poderío” sobre la población.

Por eso el autor afirma que:

 “La educación no se ha dirigido primordialmente a la formación profesional o al crecimiento y desarrollo personal. En cambio, ha hecho hincapié en las conductas y actitudes adecuadas para una buena conducta ciudadana y moral, sobre todo en el sentido en el que las interpretan las élites de la sociedad, y esto ha supuesto, con frecuencia, sobre todo durante el siglo pasado, diversos tipos de conductas y actitudes para distintas clases de individuos”  (Gee, 1996, p49)

Para Gee la forma de la alfabetización no ha cambiado, sino que siempre ha tenido siempre el mismo fin: solidificar la jerarquía social, y distribuir a las personas “inferiores” y “superiores”.

Aquí propone el otro punto que es el liberador; para una resistencia, política y cultural de dominación. Y para hacerlo se basa en el brasileño Paulo Freire y sus ideas de la alfabetización emancipadora. Su idea se basa en que los alumnos le hagan preguntas a los textos y que los redefinan. Pero como el autor es consciente de que ninguna alfabetización es políticamente neutra y que los textos se pueden re-decir mal, se preocupa de que los materiales de alfabetización ayuden a una reinterpretación correcta.

Contario al mito de alfabetización Gee considera que nada se deriva de la alfabetización ni de la escolarización, sino que sí mucho de lo que acompañan estas dos cosas, que no son más que actitudes, valores, normas y creencias. A pesar de ser un “contrapunto” se vuelve al mismo problema en el que la política se mete en la alfabetización.

Gee termina por afirmar que: “la alfabetización no significa nada que no tenga alguna relación con la capacidad de leer. “Leer” es un verbo transitivo. Por tanto, la alfabetización ha de tener alguna relación con el hecho de ser capaz de leer algo” (Gee, 1996, p55) por lo tanto se necesitaran conocimientos previos y destrezas diferentes para poder leer con sentido.

Uno aprende a leer de determinada manera, y cuando adquirimos prácticas alfabetizadoras también aprendemos otras cosas como maneras de hablar, interactuar, pensar, valorar y creer. Nada se deriva de la alfabetización, sin embargo se deriva mucho del proceso de aprendizaje. Escribir por escribir no sirve para nada, lo que sí es importante son las ideologías y los instrumentos de dominación relacionados con este proceso.

El mismo autor resume: “los textos y las diversas formas de leerlos no surgen completos del alma individual(o de la biología); son inventos sociales e históricos de diversos grupos de personas” (Gee, 1996, p59).


domingo, 10 de octubre de 2010

Alfabetización académica: Un Cambio necesario, algunas alternativas posibles



Carlino, Paula. 2002 Alfabetización académica: Un cambio necesario, algunas alternativas posibles. Comunicación libre en el tercer encuentro la universidad como objeto de investigación, depto. de sociología, Universidad Nacional de la Plata, Ocutbre 2002. Educere, Investigación, año 6, N°20, Enero-Febrero-Marzo, 2003


La autora tiene la convicción de que aprender a escribir no significa simplemente estudiar gramática o la forma del contenido, sino que es desarrollar ideas e indagar por medio de la escritura. Es por eso que a lo largo de su trabajo intenta mostrar la necesidad de lograr una alfabetización académica en las universidades.

Pero ¿qué es lo que nos aporta la alfabetización académica? Es ella la que:

Señala el conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la universidad. Apunta, de esta manera, a las prácticas de lenguaje y pensamiento propias del ámbito académico”  (Carlino, 2002, p.410)
 
Para argumentar su propuesta parte rebatiendo algunas ideas bastante comunes que los profesores tienen sobre la escritura y lectura de sus alumnos. Describe como una “queja falaz” el que los alumnos o deberían entrar en la universidad ya con conocimientos y capacidades que permitan analizar, interpretar, elaborar y transmitir información. Pero esta idea parte de un supuesto que a su juicio es erróneo: que la alfabetización es un estado y no un proceso.

Además asegura que la escritura tiene un potencial epistémico, “no resulta sólo un medio de registro o comunicación sino que puede devenir un instrumento para desarrollar, revisar y transformar el propio saber”  (Carlino, 2002, p.411). Sin embargo, precisa que escribir por sí solo no es suficiente, sino que la potencialidad epistémica está dada por la capacidad de hacer relaciones entre lo que se está leyendo, lo que se está escribiendo y lo que se va a entregar teniendo en cuenta también al destinatario.  A lo largo del texto está presente la idea de la escritura autónoma y monológica.

Un ejemplo dado, es que en una de las universidades estudiadas, no se conforman con cursos específicos de composición al inicio de la carrera, sino que también se crean “Centros de Escritura” con un cuerpo de “tutores de escritura” que mediante comentarios, orientaciones y recomendaciones bibliográficas guían a los estudiantes en su lectura y escritura. La autora, para el éxito de un aprendizaje epistémico señala que no se puede enseñar fuera de contexto, sino que es vital que los profesores enseñen sus propias prácticas discursivas (lo que es un desafío para ellos porque muchas veces sus prácticas no las tienen conscientes).

Entonces, los cambios institucionales y curriculares serían necesarios porque la lectura y la escritura son necesarias para pensar críticamente, porque para ingresar en la cultura escrita hay que dominar las practicas discursivas de cada dominio, y porque producir e interpretar textos especializados implica capacidades que están en constante formación y que no se adquieren espontáneamente.

El trabajo realizado por Carlino nos quiere mostrar “uno de los problemas más recurrentes en nuestra educación superior: las dificultades de los universitarios para interpretar y producir textos académicos en el contexto de las diversas materias” (Carlino, 2002, p.417). El cambio que se postula es posible realizarlo, pero éste tiene que partir de una reconceptualizción sobre el valor de la lectura y la escritura, y del reconocimiento de que no es mala formación del colegio, sino que de nuevos desafíos.

Lo fundamental del enfoque es que la escritura sí tiene un potencial epistémico, que sí puede transformar el conocimiento y que el cambio, aunque depende en gran parte de las instituciones sí es posible.


viernes, 17 de septiembre de 2010

The New Literacy Studies, James Paul Gee

Gee, J. P. (2000). The new literacy studies. En Barton, D., Hamilton M., & Ivanic, R. Situated
literacies. Reading and writing in context. London: Routledge. (pp. 180-194).



El autor escribe en el contexto de la “Literacidad Crítica”. Aquí el marco teórico es dado por el triángulo Lectura y Escritura, Cognición y Sociedad, donde ellos son un conjunto de prácticas sociales que dan forma al intercambio social. En ella se da una retroalimentación, y por ello también en las dinámicas letradas se asientan relaciones de dominación. Esta nueva forma de ver el comportamiento individual el autor lo define como un "cambio de rumbo”.
Los “Nuevos Estilos de Literacidad” están basados en la visión de que leer y escribir sólo hacen sentido en el contexto de prácticas sociales y culturales, de las que son parte. 

El proceso de cognición es visto en un mayor nivel de pensamiento, y la inteligencia como la primera manipulación de la información (hechos). Gee vio la vuelta social en términos políticamente progresivos, aunque fuera consciente de que algunos de sus movimientos no hablarían abiertamente de la política. Describe como una “sorpresa” el haber visto cómo fácilmente la vuelta social fue tomada por el capitalismo y que un supuesto nuevo capitalismo vio muchos de los movimientos de “vuelta social” en una luz bastante positiva. Así, el conocimiento y las habilidades se rompieron en pedazos.
En el viejo capitalismo, era peligroso tratar lo individual como seres sociales con intereses colectivos o permitirles serlos, porque esto podría haber animado a la unidad y a la organización colectiva. El nuevo capitalismo es el producto de los cambios tecnológicos masivos y globales, que han hecho una competencia global híper-intensa, y ha cambiado la forma de ver lo "individual" y lo "colectivo".
La forma más importante de conocimiento y habilidad en el nuevo capitalismo es lo que el autor llama “diseño socio-étnico”, que es, diseñar productos y servicios, de modo que ellos crean o “hablan a” determinados consumidores identificados y valorados; se la da una especial importancia a lo social, lo contextual y a lo semiótico. La forma más elevada de diseño socio-étnico involucra crear “nuevos lugares de trabajo” y “nuevos trabajadores”.
Los nuevos trabajadores sociales, se supone que deberían conocer todo el proceso de trabajo en el que están involucrados. Se supone que ellos así se transformarían en activos que tranformen, improvisen y adapten sus prácticas de trabajo a cambios rápidos en mercados y tecnologías. Esto es gracias al cambio, de lo individual a lo colectivo.
Con la práctica se adquieren conocimientos que muchas veces no son capaces de explicar con palabras, pero que pueden pasar por sobre la socialización de nuevos miembros. La comunidad de prácticas es constantemente transformada por ser tensionada mediante la adquisición de nuevas ideas. En este marco, lo individual es visto como una trayectoria a través de la cual todos los proyectos y comunidades de prácticas de la que son parte; lo individual es visto como un portafolio.
El hecho es que este cambio social puede ser fácilmente transformado en teoría y praxis del nuevo capitalismo. No resultaría sorprendente para el autor que ese “cambio social” rápidamente se preste para los objetivos del nuevo capitalismo. Sin embargo, es asombroso que el “cambio social” y que los intereses del nuevo capitalismo en el diseño socio-étnico de prácticas sociales hayan surgido de la misma coyuntura histórica.
El nuevo capitalismo se inclina a una muy pobre remuneración del trabajo, a trabajos temporales, trabajos brutos, y a una mala forma de vida. Además, el nuevo capitalismo ha creado, o está creando, una nueva división de clases en base de su “conocimiento”, con un gran número de “trabajadores de servicio” en la parte inferior del nuevo sistema de clases. Esto rompe la barrera entre la vida pública y privada, demandando la mente, el cuerpo y el alma en el negocio.
El NLS se basa en la idea de que leer, escribir y significar están siempre situadas sin una práctica social específica, sin un discurso específico.
 “El nuevo capitalismo seguramente a “comprado” la ida de que escribir, leer, conocimiento, trabajo, significar y “valor” son inextricablemente integrados en un proceso local, social y material de lugares-de-trabajo, prácticas de trabajo y grupos de trabajo” (Gee, 2000).

El hecho es que las palabras dan sentido a los contextos, de la misma forma en que los contextos le dan sentido a las palabras.

El autor, dice que reflexionar sobre el nuevo capitalismo lo ha hecho poner la idea del “trabajo” en el centro de los Nuevos Estudios Literarios. Gee habla de enactividad. El rol de los que hacen teoría se preocupan de ir modificando las actividades bajo la misma premisa de que el lenguaje crea oralidades y que las modifica, sin embargo, el trabajo del investigador es el de hacer conciencia. Por eso el texto habla desde el giro social al trabajo social. El trabajo social no sólo asume ciertos postulados, sino que más bien, asume una actitud crítica y hace conciencia.
Gee argumenta que el foco en los actores, eventos, actividades, prácticas sociales y discursos como los “logros” de reconocimiento y trabajo de promulgación, con un abierto foco en el trabajo, puede ayudarnos a retomar nuestras teorías sociales del nuevo capitalismo, mientras  nos invitan a apropiarnos de proyectos de otras personas, especialmente de los no académicos.
En esta línea retoma el trabajo de Lancaster y su escuela, que se centran en situaciones literarias locales. Lo local para él adquiere sentido como el sitio en el que las personas realizan sus trabajos. 

El trabajo de Gee es muy relevante par ver cómo el Nuevo Capitalismo, que parecía ser una gran diferencia, no parece serlo, sino que más bien corresponde a una nueva forma, con el mismo fondo. El trabajador no tiene la libertad de irse del trabajo y llevarse su conocimiento, porque es parte de la comunidad completa. Gee dice que el cambio no es verdadero. Es un mecanismo igual, aunque con cierta idea de libertad de los trabajadores.

viernes, 27 de agosto de 2010

La escritura de la organización social y la situación alfabetizada de la cognición: Extendiendo las implicaciones sociales de la escritura de Jack Goody

Bazerman, C. (2008) La escritura de la organización social y la situación alfabetizada de la cognición: Extendiendo las implicaciones sociales de la escritura de Jack Goody Revista Signos 41(68) pp. 355-380


El autor trata de hacer un salto desde los estudios centrados en la cognición, o en la persona misma, a uno centrado en una sociedad compleja y de una forma más común.  Así la importancia está en el conocimiento compartido, el que se mantiene más si es que está escrito.
Está muy presente la idea de que el lenguaje sirve como una tecnología para expandir los conocimientos, y que es mediante la escritura que se instaura nuestra forma de ver el entorno social. Es causa y consecuencia a la vez de la sociedad y nuestra forma de entenderla, y el que sea constante ayuda a que se pueda difundir.

La escritura no es sólo transcripción, sino que también genera formas distintas a la realidad. La práctica social aleja a algunos escritos de la forma social, y adquiere una nueva contextualización dada por el género. Sin los géneros se complica la comunicación. Hay una necesidad de hacer categorías para poder pensar (aunque al mismo tiempo nos limita). Más que la forma de la transcripción, afecta más los usos que le da la sociedad, lo que nos muestra que hay una fuerte relación entre la escritura y la cultura literaria.

“Si bien las palabras mueven las mentes, las mentes mueven a las personas y las personas se mueven en mundos social y material” (357-358: 2008)

Bazerman señala que al viajar la alfabetización entra en las mentes, y al ser un medio para que la mente oriente a otras, ésta da a la organización social componentes cognitivos, particularmente relacionados con las formas de relación social, que ya son parte de una vida alfabetizada.

Es vital el aporte en el sentido de "sociabilizar" y hacer común los efectos de la alfabetización, pues como fenómeno individual el proceso se limita, y así también sus consecuencias.  Es un buen texto que da fuerzas nuevas a uno de los pioneros en la materia.

Saber leer y escribir: unas “herramientas mentales” que tienen su historia.

Chartier, A. & Hébrard, J. (2000) Saber leer y escribir: unas "herramientas mentales" que tienen su historia. Infancia y aprendizaje, 11-24.


“La invención de un nuevo instrumento, la escritura, marcó el final de la prehistoria y la entrada en la historia. Este nuevo instrumento permitió tratar un material inmaterial como es el lenguaje. Con la escritura, aparecieron otras herramientas simbólicas que confirieron al ser humano un poder nuevo sobre el mundo” (12: 2000)

El texto parte tomando la idea de Godoy, quién habla del lenguaje más que como una transcripción del lenguaje, sino que es una herramienta simbólica que crea una nueva realidad, y ayuda a la comprensión de un nuevo mundo. Es decir da gran importancia al lenguaje como simbolismo.  Esto hace que se genere una comprensión nueva del mundo, y un poder reservado a pocos.

Los cambios en la lectura se da en el número de personas que la utilizaron como instrumento. Aquí se tienen tres grandes hitos:
1. Cuando entre el S. XVI y XVII se empezó una catequización masiva, que ayudó a la primera alfabetización del pueblo.
2. En el siglo XVIII con la creación de escritos laicos independientes del  poder político, lo que está ligado al nacimiento de una opinión pública.
3. Finalmente en el XIX con la educación básica. Aquí se incluye todo tipo de conocimientos intelectuales ligados a la escritura. Importante en la formación de la juventud.

Los autores llegan un poco más lejos del resto y se hacen la pregunta de cómo leyeron en la antigüedad. Así inicia una historia de las mentalidades en la que intenta captar las categorías y percepciones de los pensamientos de personas importantes, que además son característicos de su tiempo. Ésto es importante no sólo para ver qué pensaban, sino que también el cómo.

En los años 70 se ralizan estudios sobre la oposición entre la literatura erudita y la popular y los resultados muestran que: “Las prácticas de lectura distinguían a los grupos sociales, tanto o más que los propios contenidos de las mismas. (14: 2000)
Hay formas muy variadas de soporte de la lectura, pero a pesar de ello, hoy seguimos teniendo la intuición de que leer sigue siendo siempre leer, y que la misma actividad mental se lleva a cabo en todas las escrituras de la tierra. Pero eso no es así.
En esto hay un gran cambio cuando se producen cambios en los volúmenes de los libros. El cambio desde los papiros a los libros es una verdadera revolución y ésta da la posibilidad de hojear las páginas y de un transporte más fácil.

Pero ni la llegada del papel ni la invención de la imprenta revolucionaron los gestos de lectura que se habían establecido con la invención del códice. La verdadera revolución de los gestos de la lectura, para los autores, llega con la aparición de la lectura electrónica. Ya que esto permite la consulta a distancia, la interacción con actividades de escritura, los “copiados y pegados”, etc.
El gesto de la escritura manuscrita, que todos hemos aprendido en la escuela, está siendo sustituido por la escritura con dos manos de quien escribe a máquina, manipula el ratón o hace un clic para seleccionar ficheros. Ante esto los autores se preguntan si cambiarán las maneras de escribir, y con ello la forma de pensar al escribir.
Algunos cambios vitales son la lectura en voz alta y la lectura silenciosa, la lectura acompañada y lectura solitaria, la memoria del lector, es decir los conocimientos que éste tiene a la hora de enfrentarse a un texto nuevo, y los conocimientos que acumula para después.
A diferencia de lo que se pensaba en los 60– 70 (que la televisión iba a reemplazar al texto impreso), parece que además del dominio de los medios audiovisuales, se necesita un mayor dominio de la escritura. Pero ésta vez el peligro de exclusión social es de los que no lo dominan.
La conclusión a la que llegan es que el dominio de la escritura es a la vez una necesidad y un poder. Lo que se ha hecho en el tiempo es aumentar la masividad y las exigencias de la lectura, que en un principio tenía fines bastante limitados y en un grupo muy restringido.
Los desafíos del s. XXI son antiguos (ya que hay que seguir transmitiendo el conocimiento básico de leer y escribir) y nuevos (ya que las exigencias sociales en materia de escritura han cambiado y las modalidades de lectura y escritura se están modificando nuevamente; sin que se sepa aún cuáles serán las recaídas culturales y sociales de las revoluciones tecnológicas que se producen).

El texto nos da un aporte principal al recordarnos que no sólo se trata de escribir, ni de formas de lectura, sino que también de cómo se lee. La historia de las mentalidades es vital para comprender la evolución de las lectura. Quizás hubiese sido necesario una mayor precisión histórica por parte del autor, sin embargo queda bastante clara la idea. 

Literacy practices

Barton, D. & Hamilton M. Literacy practices. En Barton, D., Hamilton M., & Ivanic, R.Situated literacies. Reading and writing in context. London: Routledge. (pp. 7-15).



El texto nos presenta, como el mismo autor nos anuncia, una mirada a la teoría social de la literacidad, desde un punto de vista en que la litercidad es una práctica social.

In the simplest sense literacy practices are what people do with literacy. However practices are not observable units of behavior since they also involve values, attitudes, feeling and social relationships” (p. 7)

Sobre esta literacidad el autor enumera seis propuestas:

1.       La letracidad es entendida como el conjunto de prácticas sociales; incluso aquellas que pueden ser formadas por eventos que están mediadas por textos escritos.
2.     Agrega el concepto de actividades letradas. Con ellas se refiere a que de las prácticas sociales comunes se pasa a la letracidad; las actividades son mediadas por textos, y éstas además dependen de un contexto específico. Dependiendo de lo que se dice, el texto hace lo que se quiere demostrar. 
3.       Literacidades son distintas a la relación de dominación.
4.       Las prácticas sociales están vinculadas a metas.
5.       La literacidad está históricamente situada.
6.       Las prácticas literarias cambian y las nuevas son internalizadas por la sociedad mediante procesos de aprendizaje, entendido como un hecho social.

Los seis puntos están mediados por la noción de género, que está mediatizado por tres momentos. Todas las prácticas se actualizan en actividades, y estas actividades construyen textos como producto que median la práctica. Cuando las prácticas son letradas la actividad empieza a estar mediada por textos.  Esto es válido para lo oral y lo escrito.
Además describe el concepto de “eventos letrados”, que son las actividades en las que la literacidad tiene un rol. Se recalca que los textos median la forma de pensar de las personas. El autor lo define como un modo de relación.
El texto es una invitación a ocupar más letracidad que alfabetización, porque letracidad incluye estas prácticas y actividades. Además es un cambio de concepción en el que la literacidad ahora se ubica en un contexto grupal de su uso, y no ya individual.

La riqueza del texto se encuentra en la inserción de la alfabetización en un contexto más amplio que la gramática y la lexicología: las prácticas sociales y el contexto de producción y lectura juegan ahora un rol fundamental, al tiempo que ya no es una práctica individual sino colectiva, donde la sociedad es una parte constitutiva de la elaboración y que modifica al lector.

jueves, 26 de agosto de 2010

Desmitologización de la cultura escrita

Olson, David (1994), Desmitologización de la cultura escrita. En El mundo sobre el papel. Barcelona Ed. Gedisa



 El tema de la escritura como factor fundamental para hacer de la sociedad una moderna, es el tema principal de Olson. El autor hace una invitación a revisar lo que se piensa y lo que se ha dicho (ya sea por grandes escuelas, o lo que se piensa comúnmente) sobre esto. Su visión crítica es una de las mayores riquezas del texto que nos ofrece. Desmitificar algunas ideas, y además trazar algunas líneas de estudio en torno a la causalidad entre escritura y desarrollo, hacen que el texto valga la pena una lectura, y un posterior debate en torno a él.
  Se ha juzgado que en la formación de sociedades modernas, la escritura juega un rol fundamental.  Así la capacidad para utilizar textos escritos es primordial, y de ahí la importancia de la escuela como principal lugar en el que se inculcan las “habilidades básicas” (leer, escribir y aritmética). Pero el autor pone énfasis en mostrar que no es sólo en la escritura, sino que también en la creación de un sistema alfabético de escritura como un artefacto tecnológico.
  Esta creencia ha generado un entusiasmo general a nivel mundial (lo que se puede ver reflejado en las constantes demandas de la UNESCO).

 Olson hace una pequeña descripción de seis creencias sobre la cultura escrita, arraigadas en la sociedad:
1. La escritura es la transcripción del habla
2. . La escritura es superior al habla
3.  El sistema alfabético da superioridad. Esto vincula el progreso intelectual con el alfabeto.
4. . La escritura es un órgano de progreso social  y de desarrollo. Esto ha llevado a ver la escritura como un “arma” de civilización, lo que nos lleva al siguiente punto.
5.     La cultura escrita es vista como un instrumento de desarrollo cultural y científico, y enemiga de la superstición, el mito y la magia. En este punto, el autor se da un espacio para rescatar a autores como McLuhan, Goody y Watt, Goody y Ong, que fueron los que convirtieron la cultura escrita en un tema de investigación.
6.       La cultura escrita es vista como un instrumento de desarrollo cognitivo, del mismo modo en que lo era del desarrollo cultural, ya que el saber y leer son los medios para poder adquirir los conocimientos de una sociedad determinada.
  
   Inmediatamente después, el autor pasa a enumerar sus objeciones. Aquellas afirmaciones que son más “mitología” que otra cosa según su parecer.
1.         La escritura no se reduce a una simple transcripción, sino que es un modelo para el habla, para la que se tiene que hacer una introspección previa según los sistemas de escritura. Esto ayuda a reflexionar de un modo nuevo.
2.          Sobre el poder atribuido a la escritura, objeta que ésta no es más que la representación del habla, y que las lenguas orales no son simplemente posesiones desordenadas de los pueblos, ya que todas tienen una gran estructura léxica y gramatical. “La escritura es fundamentalmente independiente del habla” (28; 1998)
3.        Se dice que el alfabeto es superior. Olson está en contra de esta opinión, pues nuestro alfabeto griego no es producto de un genio, sino que solamente una adaptación de un silabario para una determinada lengua (la semítica), y es bastante limitada para la representación de otro tipo de lenguas (especialmente la monosilábica).
4.        La escritura escrita y el “desarrollo social”. El autor, toma de autores anteriores, principalmente de Lévi-Strauss, la idea de que la cultura escrita tuvo como finalidad primera el control social, y no el desarrollo social. Para hacer esa afirmación se basa en instituciones como las escuelas, la iglesia protestante, la política gubernamental, entre otros.
Así, la funcionalidad de la alfabetización suele ser considerada como una gran ventaja, pero hay que tener en cuenta otros roles que tuvo, y a quiénes benefició realmente.
5.        Con respecto al desarrollo cultural, Olson nos hace replantearnos la corespondencia entre ésta y la escritura. Su principal argumento está en la “gloriosa Grecia”, la que tendría la mayoría de su riqueza en la cultura oral y no en la escrita, ya que la segunda se basa en la primera, y la escritura no era algo masivo y común a la sociedad en general.
6.       Se tiende a hacer una fuerte relación entre cultura escrita y desarrollo cognitivo, sin embargo, esta relación está bastante sobre-estimada. Sería un poco ilusorio, para Olson, el centrarnos solamente en las habilidades relacionadas con la escritura sobreestima la importancia de los saberes que los niños tienen al momento de aprender a leer y escribir. Además no valora la transformación que realizan en objetos del conocimiento.
  Así el autor quiere poner en cuestionamiento algunas ideas bastante generales que se tiene sobre la escritura y los procesos cognitivos. Se trata de explicar los cambios sociales sobre la base del cambio cognitivo. Antes de presentar sus propuestas pasa a revisar dos teorías.
  En primer lugar toma a Lévy-Bruhl, quién en 1923 propone que las diferencias entre las culturas tradicionales y orales y las culturas modernas, se encuentran en el funcionamiento mental. Por un lado hay una “mente primitiva” que construye un mundo encantado, por el otro una “mente racional” que es la que genera una concepción científica del mundo.
  Una segunda corriente teórica es la llamada “Escuela de Toronto”, en la que se inserta el autor, y plantea que las diferencias culturales de las sociedades “podrían explicarse en términos de tecnologías de comunicación específica: primero el alfabeto, y luego la imprenta” (35; 1998). En los numerosos estudios que se han hecho, en ninguno se ha podido establecer vínculos causales directos entre escritura y pensamiento, y de hecho, los resultados apuntan del pensamiento a la escritura y no al revés.

  Olson es bastante claro al dar su opinión:
-         La cultura escrita se ha vinculado con la alfabetización, y no con los sistemas de notación en general.
-         Se ha considerado que la escritura incluye la gramática y la lógica, y no que provee una representación de la gramática y la lógica del habla común. Esto hace que el conocimiento y la conciencia metalingüística fueran consideradas como producidos por la escritura, y como independientes de ella.
-           La escritura fue considerada una función directa de un texto escrito, antes que el modo en que un grupo de lectores aborda los textos
-            La escritura se consideró tanto inferior como superior al habla. (38: 1998)
     Una buena teoría sobre la escritura y la cognición, para Olson, debería tomar como variables de estudio las relaciones entre el habla y la escritura (propiedades léxicas, gramaticales, pragmáticas y discursivas y el papel de la escritura); el modo en que influyen las prácticas de lectura y escritura en los cambios de orientación conceptual que se asociaron con los cambios culturalmente significativos. Pero de todo, lo más importante pasa por ser un aporte claro y con bases sobre las naciones ubicuas, pero poco comprendidas nociones de lectura, escritura y pensamiento. Lo que le importa son los modos de leer; el arte de la lectura. Poniendo énfasis entonces, a la actitud del emisor.

          “Mi objetivo es mostrar cómo nuestra comprensión del mundo, es decir, nuestra ciencia, y nuestra comprensión de nosotros mismos, es decir, nuestra psicología, son producto de nuestras maneras de interpretar y crear textos escritos, de vivir en un mundo de papel” (39: 1998)

   Teniendo en cuenta, que se han revisado no más que un par de páginas introductorias del tema, considero que el autor es capaz de mostrar de una forma bastante clara y ordenada sus postulados. Además deja ver bastante bien cuál es su opinión.
  Con respecto a sus ideas, me gusta que rescate que la creación del sistema alfabético, y no sólo la escritura, sí es fundamental para una sociedad moderna, y que esto se presente como "un" factor fundamental y no como "el", ya que muestra que la sociedad es muy compleja y que su desarrollo no depende sólo de una variable, sino que de muchas.